12 May Mi gato no se deja tocar
Mi gato no se deja tocar
las relaciones son de dos
Autora: Laura Trillo Carmona.
Antes de decidir dedicarme a ayudar a los gatos profesionalmente, fui voluntaria durante una década en una protectora de animales, a la que llegaban personas queriendo devolver al gato que habían adoptado o queriendo abandonar a su gato porque no se dejaba tocar ni “hacer mimos”. Adoptar con expectativas es terrible para el gato, además hasta que no se adapte realmente al hogar y a las personas no se muestra tal como es al 100%. La mayoría de personas no dan tiempo al gato ni de adaptarse, si en dos días no es un gato dócil y cariñoso ya no lo quieren. Parece que lo que esté viviendo el gato da igual, si ha perdido todo referente, está desubicado, se le ha separado quizás de su familia, hermanos, madre, otros gatos, ha cambiado de sitio, y se muestra asustado con toda la razón, las personas no piensan en ello, sólo ven lo que el gato no les da o no les aporta.
Por eso aprendí a preguntar a l@s adoptantes que querían un gato, ¿para qué lo quieres? ¿Por qué quieres adoptar un gato? Porque así les hacía plantearse realmente si querían un gato, sin importar mucho su carácter, o si tenían un motivo o expectativa, una idea, sobre lo que era para ell@s tener un gato. No todo el mundo es igual, por eso a la hora de hacer adopciones por nuestra parte, tenemos que saber qué expectativas tiene esta persona respecto al gato, cómo se imagina que es tener un gato. Evitaremos muchas devoluciones así.
Much@s adoptantes ya tienen experiencia con algún gato, y se sorprenden al ver que el gato adoptado es muy diferente al que tuvieron, lo que muchas veces les causa rechazo. El suyo era “muy bueno”, y este nuevo gato bufa y no se deja tocar. Otr@s adoptantes nunca han tenido un gato pero les han hablado tan bien de lo que es tener un gato que tienen esa idea, la idea de otras personas, y lo que ven en redes sociales quizás. Pero en ningún caso el adoptante está formado, no conoce las necesidades de los gatos, ni su lenguaje, no sabe entenderlos ni comunicarse con ellos en positivo. Sólo sabemos hablar y tocar, en principio, lo cual puede estresar mucho a un gato que aún se está adaptando y tiene miedo.
El gato que se deja hacer de todo y no molesta, es "bueno", el gato que rechaza el contacto y no te deja que abuses, es "malo".
Otras muchas veces, he visto cómo personas de otras protectoras de animales intentan que un adoptante adopte un gato en concreto, para sacarlo de allí, intentando convencer a la persona para que se lleve ese y no otro. Esto no me parece correcto tampoco. O hay conexión o no, se reconocen y conectan mutuamente o no, no se debe forzar nada. Es cierto que hay gatos que llevan mucho tiempo esperando o tienen una condición especial, y que requieren nuestra ayuda para ser adoptados, pero no así, porque pueden acabar devueltos en poco tiempo al no ser el gato que la persona ha sentido adoptar.
No es frecuente en el día a día ponernos en el lugar del otro, mucho menos con los animales, siempre creemos tener razón y que todo debe ser como nosotr@s queremos o imaginamos. Juzgamos a l@s demás por todo. Puedes conocer personas en diferentes contextos y dependiendo de esto, te pueden gustar mucho, o producirte un gran rechazo. Todo depende. Por eso juzgar así a l@s demás es terrible. Pero así hacemos con los gatos.
Los que son cariñosos con nosotr@s, se frotan, nos piden mimos, nos ofrecen incluso su barriga para que la toquemos, se dejan agarrar, siempre están en medio con la gente, etc, estos gatos los calificamos de “buenos”. Estos son los gatos que quieren la mayoría de personas, por muchos motivos egoicos. Pero a los gatos que nos bufan, se asustan, se esconden, que los agarramos y nos arañan, que no quieren estar apenas cerca de nosotr@s, estos los calificamos de “traicioneros”, “malos”, y otras cosas peores. Siempre desde nuestro juicio de “me quiere o no me quiere”. ¿Es esta nuestra forma de ver el “amor”?
Pero no nos ponemos en su lugar, no entendemos o no queremos ver por qué nos bufa y por qué se aleja de nosotr@s, y cuándo debemos respetar eso sin intervenir, y cuándo el gato necesita ayuda porque está asustado y podemos hacer algo para que esté más cómodo.
Cada relación es tan diferente como los dos individuos que la componen, es algo exclusivo e irrepetible.
¿Qué supone el contacto físico para nosotr@s?
Solemos ir con las manos por delante, siempre que algo nos gusta o atrae, necesitamos tocarlo para experimentarlo, incluso manipularlo o “someterlo”. Una planta, un objeto, un animal, un cachorro, un bebé, cualquier cosa que nos atraiga, enseguida invadimos su espacio y lo tocamos, es como un reflejo del que tenemos que ser conscientes, sobre todo cuando hablamos de otro ser vivo.
El tacto de los animales nos produce mucho bienestar, nos da incluso seguridad cuando un animal nos muestra su afecto así. Si encima es un animal que no suele ser sociable con nadie pero con nosotr@s sí, nos sentimos en un pedestal. ¿Nos damos cuenta de la inseguridad y carencia que tenemos de base y desde la cual nos relacionamos con l@s demás?
Además, sabemos que la vibración de los gatos nos equilibra y sana, nos hace sentir inexplicablemente bien.
Ser amig@ de estos seres tan especiales, con apariencia salvaje, es desde luego gratificante. Poder dormir con ellos, que vengan a frotarse, que se acomoden a nuestro lado, nos maúllen, nos traigan la pelota que les tiramos, todo lo que sea ese tipo de relación, es quizás la que nos parece ideal con un gato. Pero cada relación es tan diferente como los dos individuos que la componen, es algo exclusivo e irrepetible. No todos los gatos son cariñosos, no todos los gatos disfrutan del contacto físico, y eso no les hace ferales, sino simplemente, prefieren estar cerca de ti pero sin demasiado contacto, y son perfectos así. Toca aceptarlo y no vivir frustrad@s por ello, pero también si cambias tu relación con tu gato, puedes conseguir maravillas, porque muchas veces tu gato no se deja tocar por cómo te relacionas con él y por tu actitud.
¿Qué supone el contacto físico para el gato?
Para los gatos el contacto físico es muy íntimo, no accesible a cualquiera. Antes de tocarse, los gatos hacen un completo protocolo entre ellos. La distancia de seguridad, corporal y crítica para ellos es muy importante y condiciona mucho sus reacciones en sus relaciones. No todos los gatos que conviven se tocan o se acicalan, muchos simplemente comparten espacio y apenas se relacionan. Para acicalarse y frotarse unos con otros necesitan haber ganado la suficiente confianza. ¿No te suena? Las personas también somos así. ¿Te dejarías acariciar y agarrar por una persona extraña y lo disfrutarías de inmediato?
Aparte de que también utilizan el frotamiento para marcar con feromonas cuando están muy estresados, por eso, muchas veces cuando estamos conociendo un gato y se frota con nosotr@s, pensamos que está pidiendo caricias y nos muerde o bufa. Lo hemos malinterpretado totalmente, sólo te está marcando con sus feromonas, y si le invades en ese momento en que se siente inseguro y estresado, es normal que te responda con un lenguaje defensivo. ¡No te lo tomes como algo personal, ha sido culpa tuya! Por no comprender el lenguaje de los gatos.
Los gatos son muy sensibles, si no quieren tener contacto contigo en este momento te rechazarán. Ellos cuidan mucho su energía y muchas veces deben alejarse de algunos individuos, según sientan su energía, estado emocional, físico, también de cómo se sientan ellos.
Por otro lado, cuando están interactuando con nosotr@s, siendo agarrados o tocados, pierden parte de su estado de alerta, porque tienen que poner su atención en lo que estamos haciendo con ellos. Si están muy estresados en ese momento, se agobian ya que necesitan prestar toda su atención a todo su entorno y lo que les rodea, por tanto nos rechazarán.
Muchas veces el gato no disfruta del contacto físico con nosotr@s pero aguanta, y realmente tienen mucha paciencia con las personas, pero no deberíamos abusar de ello. Hay gatos que disfrutan mucho con cualquier persona, otros que sólo se dejan tocar por su familia humana, otros que no disfrutan nada y se suelen mantener distantes, lo que preocupa y entristece a sus personas, porque como decía antes, necesitamos tener una relación física con ellos, si no, puede llegar a ser frustrante para algunas personas. Lo normal y natural sería respetar al gato y no forzarle a nada, no frustrarnos si no se deja tocar ni abusar, sino dejarle en paz y convivir en armonía en casa, sin expectativas ni exigencias, con una relación pacífica, respetuosa y tranquila. Si no es así, la culpa es nuestra, ¡siempre!
Plantéate: ¿Para qué o por qué lo quieres tocar? ¿Cómo te sientes ante un gato que se deja hacer de todo, y otro que no?
¿Por qué no se deja tocar un gato?
Imagínate, es un ser vivo con una madre, unos hermanos, o todo lo contrario, no se ha criado con su madre ni hermanos, sino con una persona sin conocimientos. Hay muchos motivos por los que un gato no se deja tocar, pero nunca olvides que es un individuo único con un aprendizaje y ciertas experiencias que le han llevado a ser como es en el presente. Además de eso, un gato puede no dejarse tocar por:
- Miedo. Puede tener miedo de las personas y del contacto físico, al ser algo muy íntimo para ellos como comentaba antes. Puede incluso no tener experiencias en este sentido, haberse criado sin contacto con personas o todo lo contrario, haberse criado con personas muy invasivas o que le han hecho daño. Puede tener miedo también de la persona en sí, de cómo es de invasiva, de si es muy ruidosa o enérgica, demandante o autoritaria. De cualquier manera, si tiene miedo, si tiene un lenguaje defensivo (bufa, se esconde, gruñe, se defiende arañazo) debes retroceder y dejarlo tranquilo, para comunicarte con él a distancia exclusivamente con señales de calma y refuerzo positivo, nada más.
- Mala socialización con personas. Si se ha criado sin otros gatos sino con personas que han jugado con las manos con él, o le han regañado mucho, la consecuencia suele ser que no tolera las caricias, enseguida muerde o sale corriendo. Esto no es natural en ellos, es aprendido con las personas que lo han criado. Por eso en Terapia Felina insistimos tanto en la importancia de las etapas de crecimiento de los gatitos y de su socialización con otros gatos, evitando siempre jugar con las manos y regañarlos entre otras cosas.
- Trauma previo. Pueden haber tenido una experiencia traumática, como por ejemplo una muy mala manipulación, causándoles daño, o haberse caído de los brazos de una persona siendo bebé. Por supuesto si han sido maltratados físicamente también suelen presentar un lenguaje defensivo y tener mucho miedo de las personas.
- Estrés. Hay momentos en que un gato no quiere ser tocado, sobre todo cuando está estresado por algún motivo. Si está en estado de alerta por algo que está ocurriendo, al tocarlo lo estresamos más porque le demandamos atención en un momento en que necesita todos sus sentidos en su entorno ya que no se siente seguro. Debemos dejarle en paz y tocarle sólo cuando esté relajado y quiera disfrutar de ello.
- Le agobiamos mucho. Si somos personas muy invasivas y demandantes, si agarramos al gato en contra de su voluntad, le perseguimos, le tocamos a la fuerza, conseguiremos que el gato nos evite. Muchas personas me escriben diciendo que su gato no se deja tocar por ellas pero que con otra persona de la casa se deja hacer de todo, que siente envidia y celos (esto es real). Siempre pregunto que si es invasiva con el gato y siempre la respuesta es que sí, que es muy pesada porque quiere agarrarlo todo el tiempo y el gato no se deja, y obviamente la otra persona de la casa con la que el gato quiere estar es todo lo contrario, no invasiva y tranquila. Así que, si quieres que tu gato sea algo más tolerante y cariñoso, no seas pesad@ ni demandante, relaja tu relación con él, aprende a respetarle y a ver si quiere disfrutar contigo o no. Si no disfruta de la relación física y lo que hace es aguantarte, puedes estar abusando de él. Las relaciones son de dos, y dos tienen que disfrutarla en igualdad.
- Es muy sensible. Hay gatos muy sensibles al contacto físico y pueden no dejarse tocar mucho, sólo poco tiempo, o en zonas concretas. Si además es un gato que tiene hiperestesia, ya sabes que en ese período está más sensible y las caricias pueden molestarle. Hay que trabajar esa hiperestesia y estrés como prioridad.
- Tiene algún dolor. Es posible que no se deje tocar si tiene dolor, sobre todo en la zona donde tiene molestias, y reacciona a la defensiva en cuanto le tocas en esa zona. Hay zonas muy sensibles como por ejemplo al final del lomo, donde a muchos gatos las caricias les produce malestar, y a otros les encanta, pero puede ser que tenga dolor donde le tocas. Ante la duda, puedes revisarle bien.
- Otros motivos. Generalmente suelen ser los motivos descritos, pero puede haber alguna otra situación puntual. Ante la duda, puedes siempre pedir consulta con nuestro equipo para poder explicarte qué ocurre y darte así pautas para comenzar un proceso de trabajo para mejorar la relación con tu gato en positivo.
Hay momentos ideales y malos momentos para tocar a un gato. Siempre estate atent@ y no fuerces, debéis disfrutar amb@s.
¿Por qué te muerde cuando le tocas o huye?
Siempre comento lo importante que es una buena socialización durante los primeros meses de vida de un gato, para que cuando crezca sea un adulto equilibrado. Casi todos los problemas de los gatos están relacionados con esto y las personas tenemos gran responsabilidad con ello. Es muy incoherente estar criando gatitos sin informarse bien, cometiendo muchos errores, y luego quejarnos por los problemas que el gato tiene cuando es adulto, a causa nuestra, incluso abandonarlo por ello. Socializar a un gatito no significa agarrarlo todo el tiempo, tocarlo en exceso para que se acostumbre a las personas, significa respetarle y que no tenga miedo de las personas en absoluto, que aprenda que las personas no somos amenazantes sino amistosas. ¿Qué relación tiene esto conque un gato muerda o huya cuando le tocas? Si has jugado con las manos con tu gato desde que es pequeño, verás que en cuanto le acercas la mano ya se pone nervioso y te muerde, apenas te deja tocarle. Enseguida se tiende a regañar al gato en esa situación para que no muerda (justo lo que le hemos enseñado y pedido que haga desde pequeño, ahora le regañamos por ello también), el gato no entiende, se frustra, y o muerde más fuerte o se termina marchando asustado por tu reacción. Si has adoptado un gato adulto que muerde las manos en cuanto se las acercas, ya sabes que han jugado con las manos con él, siempre es por eso. No se dejan tocar si te pones frente a ellos y pasas la mano por delante de su cara o por encima de su cabeza, tampoco si acercas la mano a su barriga, enseguida la agarran.
Por otro lado, están los gatos bebés y los jóvenes, que son nerviosos como es natural y lo que necesitan es cazar y jugar casi todo el día. Si están en un momento activo y les vas a agarrar, se suelen revolver, porque lo que quieren es actividad. Pero cuando están tranquilos, descansando, verás cómo les encantan los mimos y caricias. Esto va cambiando según van creciendo, el nivel de actividad va bajando y los momentos de descanso y de tranquilidad van siendo más frecuentes. Por tanto, aprende a mirar cuándo es momento de tocarlo o más bien de dejarlo entretenido y jugar. Si respetas esto, ayudarás a que crezca equilibrado también. En cambio, si eres una persona muy pesada e invasiva, forzando al gatito a estar en tus brazos aunque no quiera, lo que vas a conseguir es un gato adulto esquivo.
También si le regañamos por todo, vamos a conseguir cohibir su comportamiento, más que enseñarle nada, y que huya en cuanto lo agobiemos un poco, incluso puede mostrarnos un lenguaje defensivo. Para los gatos no existe el bien o el mal, ni el sí o el no, para ellos todo ES, aquí y ahora. Si le regañas porque sube a las mesas, porque araña el sofá, o cualquier cosa que el gato necesita hacer de forma natural, vas a conseguir que coja miedo a tus reacciones y coartar su comportamiento, que viva con estrés y frustrado, por tanto, no hay nada equilibrado que pueda aprender de ti así. Él no entiende nada, sólo se asusta de tus reacciones repentinas. Cubre el sofá, no dejes comida en las mesas pero permítele vivir en las alturas, evita las situaciones que te disgustan, facilítale lo que necesita para desarrollar sus necesidades naturales, contacta con nosotras si tiene algún problema que te preocupe, pero no le regañes nunca. Deja que se exprese, aprende de él, a conocerle bien, qué necesita, para ir acomodándole en casa en vez de ir coartando su comportamiento porque te molesta. Tener un gato es aceptar quién es y cómo es, y que viva en nuestro hogar con total libertad. Los gatos felices no tienen problemas de comportamiento, y eso depende 100% de las personas con las que vive.
Por tanto, nunca debemos pensar que debemos educar al gatito para acostumbrarlo a nosotr@s, es un grave error pensar así. Debemos conocer al gatito, sus gustos, respetar lo que le gusta, lo que no, no forzarle, no invadirle, aprender cuándo es momento de jugar o de relax, y así va creciendo feliz sin tenernos miedo o tener que huir de nosotr@s.
¿Cuándo y cómo tocar un gato?
Cambiemos el concepto de tocar al gato con tener un momento de caricias o contacto físico positivo con el gato. Porque no se trata de tocarle porque a mi me apetece y me beneficia, sino que a él también debería apetecerle y beneficiarle, sino, ¿qué sentido tendría? Es un momento entre dos individuos, que ambos deben querer y disfrutar. Si tocar a tu gato supone para él tener que aguantar, estar estresado, asustado, tener que defenderse, entonces algo no estás entendiendo.
Hay gatos que el 99% del tiempo están disponibles para mimos pero estos son los gatos muy equilibrados que han socializado bien. Si todos los gatos fueran así la mayoría del contenido que escribo no tendría que existir. Hablemos de los gatos que no son tan cariñosos con las personas.
Tenemos que encontrar el momento en que el gato está receptivo, no cuando está activo, nervioso. Si está en estado de alerta por algún motivo, es mejor dejarlo tranquilo. ¿Sabes que antes de tocarlo puedes comunicarte con él de otra manera para ver si está receptivo? Se trata de las señales de calma:
Colócate a distancia, en un lugar donde tengáis contacto visual. La distancia es importante, ellos tienen mucho control sobre la distancia de seguridad, y cambian su actitud dependiendo de esa distancia. Así que colócate en su distancia de seguridad, esa distancia a la que él se siente cómodo en tu presencia, sin reaccionar. Desde ahí, te mirará a los ojos, así que mírale también, sin hablar ni gesticular. Cuando vuestras miradas se crucen, parpadea lentamente y mira hacia un lado o hacia abajo, y vuelve a mirarle a los ojos, haciendo lo mismo, lentamente. Empezará a contestarte en el mismo lenguaje, cerrará un poco los ojos, o parpadeará, o mirará hacia otro lado. Os estáis comunicando de una manera muy positiva y coherente. Te recomiendo practicar esto con tu gato todos los días, en momentos tranquilos.
Aquí puedes ver si el gato está receptivo o no. Si es tu gato, tenéis ya cierta confianza, y puede que él se acerque y se deje tocar por ti. O puede que te levantes, y si vas en silencio y de manera calmada, te deje tocarle o por lo menos, ponerte un poco más cerca de él si es un gato con miedo a las personas, poco a poco. Es importante que no te excedas en la confianza y si el gato te tiene miedo. Si haciendo esto consigues cada vez estar más cerca de él, no aproveches la mínima ocasión para tocarle. No le toques, convéncele de que por muy cerca que estés, no le vas a hacer nada, no le toques y no le hables, acostúmbrale a tenerte cerca y comprobar que no haces nada aunque lo tengas a mano. Sólo así poco a poco confiará más en ti y te dejará tocarlo en algunas ocasiones, si no fuerzas. En casos así el gato tiene que comprobar que no eres una amenaza, para poder así disfrutar de este tipo de relación física. Puede que no le guste el contacto físico, por tanto insisto, no fuerces, pero disfruta de tenerlo cerca y poder convivir sin que te tenga miedo, sólo así, con este lenguaje.
En estos vídeos me pongo muy cerca de Saranghae porque tenemos mucha confianza, aplica esto mismo que ves pero con más distancia, recuerda, la distancia de seguridad. En estos vídeos yo estoy en la distancia corporal, que requiere confianza.
Además, si tu gato tiene miedo, intenta no colocarte de frente nunca, no le acorrales tampoco. Deja siempre una vía de escape, un espacio grande para que no se sienta acorralado, por ejemplo, no bloquees la puerta o la única salida que tenga. Colócate de lado o en diagonal, y practica este lenguaje. También en otros momentos puedes tumbarte bocarriba o ponerte de espaldas en la distancia de seguridad, mirándole de vez en cuando para que se de cuenta de que le has visto, pero que no tienes interés en él. Esto es lo que le hará sentirse cada vez más seguro contigo cerca. Es una carrera de fondo, puede costarte tiempo, pero si eres constante y respetuos@, conseguirás que confíe en ti. Pero si haces todo esto para luego hablarle, acercar la mano, tocarle, etc, vas a romper todo, porque es incoherente hacer señales de calma para luego ir a por él. Tiene que sentirse cómodo el gato y venir si quiere, cuando quiere. Porque por nuestra parte, siempre estamos receptiv@s, así que dejemos que el que tiene miedo decida cuándo.
Además de este maravilloso lenguaje que te recomiendo incorpores en tu día a día con tu gato, hablemos de cómo tocarle. Si bien sabemos que cada gato es un mundo, casi todos tienen las mismas zonas sensibles. Si generalizamos un poco, la zona de la barriga requiere que haya mucha confianza, porque es la que expone al gato al mayor peligro, así que no todos se dejan tocar la barriga, y mucho menos en cualquier momento.
En la zona final del lomo, donde empieza la cola, también hay una zona extremadamente sensible. Es tan sensible que le puede producir una sensación muy agradable o muy desagradable, puede pasar de gustarle a de repente girarse y darte con la pata o bufarte. Por eso, son zonas de las que no hay que abusar aunque se dejen tocar ahí.
Sobre las patas, también les suele incomodar que se las toquemos, pero si están muy relajados y eres cuidados@, quizás se deje. Mi gato Saranghae (el del vídeo) es extremadamente sociable pero no le gusta que le toque las patas ni la barriga, tampoco le gusta que lo lleve en brazos, así que no hago nada de eso, y lo tengo todo el día pegado a mi, es muy muy cariñoso. En cambio Moway, que es muy asustadiza y muy tímida, cuando está relajada le encanta que le toque la barriga y puedo masajearle las patas y dedos, además puedo llevarla en brazos. Por eso, aunque un gato sea muy cariñoso, tiene límites que debemos respetar, y zonas que no quieren que les toquemos. Desde pequeños les puedes acostumbrar a ser manipulados pero siempre en positivo, sin forzar, aprovechando estos momentos en que están medio dormidos y comenzando con caricias en zonas que les gustan, para luego ir probando otras zonas como las patas, para poder ayudar en un futuro a que el/la veterinari@ pueda hacerles una revisión completa sin que se estrese tanto.
Las zonas que les suelen gustar, son aquellas en las que están sus feromonas sociales: sien, mejillas, mentón, cuello. Pero hay otro truco, sobre todo si es un gato que tiende a morder la mano cuando la acercas: colócate a su lado o detrás de él, nunca delante de él. Verás que si le tocas de frente se puede sentir invadido y morder la mano, en cambio si tu mano viene de atrás, se sentirá más cómodo, prúeblo.
No confundir cariño con marcaje social
En el Curso de Comunicación Felina vemos los tipos de feromonas y zonas del cuerpo del gato donde existen estas feromonas y para qué las usan en cada caso. Te recomiendo que te formes bien para que entiendas por qué tu gato hace lo que hace, de verdad cambiará tu visión totalmente sobre él.
Si conoces todos los tipos de lenguaje de los gatos que enseño en el curso, no te costará distinguir cuándo un gato está marcando de cuándo está siendo cariñoso y confiado contigo.
Los gatos tienen fama de traicioneros o bipolares porque no entendemos el por qué de su comportamiento y malinterpretamos siempre (a nuestro favor). Es muy frecuente confundir un marcaje por estrés con cariño, de ahí muchas reacciones inesperadas.
Cuando un gato quiere reconocer a una persona nueva, dependiendo de lo tímido o seguro que sea el gato, así de si se ha jugado con las manos con él o se le ha regañado, sus reacciones ante una persona nueva serán diferentes. Es importante que si estás ante un gato que no conoces, dejes que se frote contigo tanto como necesite, sin que tú le toques ni intervengas en absoluto. Déjale hacer y no le invadas, porque puede estar estresado, por lo que te está marcando con sus feromonas para darse seguridad a sí mismo, y si le tocas le das motivos para no confiar en ti y defenderse de ti. Y como lo que queremos es que confíen en nosotr@s, le dejaremos hacer sin interferir para luego comunicarnos con señales de calma cuando tengamos un momento más tranquilo, cuando termine de marcarnos, de olernos y de reconocernos. Así que si es un gato que no conoces, no te tomes confianzas como tampoco las tomarías con una persona extraña.
Muchas agresiones por parte del gato ocurren en estos momentos, y las personas lo toman como algo personal, piensan que el gato estaba pidiendo mimos y luego de repente agrede. Pero no es más que eso, malinterpretar lo que el gato está haciendo además de saltarnos todos los “protocolos” para presentarnos ante un gato de manera amistosa.
Los gatos tienen fama de traicioneros o bipolares porque las personas los malinterpretan siempre, al no conocer en absoluto su lenguaje.
¿Por qué son cariñosos en la calle y en luego en casa no?
Otra situación muy frecuente, “he recogido un gato que en la calle era muy cariñoso y se frotaba con todo el mundo pero al meterlo en una casa de repente parece feral, está escondido y no se deja tocar”. Es sencillo, cuando el gato se siente seguro y libre se muestra feliz y tal como es. Se muestra así en la zona donde ha nacido o crecido, es un entorno conocido para él, es donde vive. También ocurre en gatos que se han criado en una gatera de un centro de adopción o en casa de una persona. En el sitio donde se han criado y se sienten seguros, puedes ver cómo es el gato en realidad. Pero al cambiarlo de sitio y perder todo referente y toda la seguridad que tenía, está aterrado y ya no se muestra tal como es, el miedo y la inseguridad están por encima.
Por eso esto ocurre con tanta frecuencia. Hay que darles algo de tiempo y ver si realmente el gato es feliz en el nuevo lugar o es mejor que vuelva a donde estaba o encontrarle un lugar lo más parecido posible pero más seguro o mejor. A ser posible, con alguno de los gatos con los que vivía, ya que sus vínculos y relaciones son sagrados y los debemos respetar también, porque a veces es un lugar el que le da seguridad, pero otras veces es otro animal con el que necesita vivir, ya que es su referente y compañero. Por favor nunca rompamos esto, antes de actuar, observemos, preguntemos, para evitar hacer pasar a los gatos por situaciones tan desagradables y traumáticas innecesariamente.
Visitas y personas desconocidas
Si tu gato es tímido o inseguro, y se asusta de las personas desconocidas, éstas deben respetarle y no intentar hacer nada. Puedes enseñar a tus visitas a relacionarse con tu gato mediante el lenguaje de señales de calma tal como he explico en este artículo, pero de primeras que no tomen confianzas, no toquen a tu gato, no le hablen ni persigan. Tampoco fuerces a tu gato a salir a saludar a las visitas, no le expongas a lo que le da miedo, deja que se esconda y haga lo que necesite.
Si tu gato agrede a las visitas, te recomiendo leas también este artículo.
Así mismo, si tienes que irte de vacaciones y dejar a tu gato solo, intenta dejarlo atendido por una persona Catsitter Profesional a ser posible. Siempre podemos pedir un favor a una persona vecina o familiar, pero si el gato tiene miedo o algún problema de agresividad o estrés, estas personas pueden empeorarlo sin querer al no saber cómo tratar al gato, cómo moverse por casa, cómo reaccionar ante un bufido o agresión. Cuando los gatos están solos en casa, se sienten mucho más vulnerables e inseguros ante personas extrañas. Si están sus personas, es diferente, por eso recibimos muchas llamadas tras los períodos de vacaciones (verano, festivos) por problemas de agresividad al volver de vacaciones. Siempre ha sido ocasionado porque el gato se ha sentido muy invadido por esta persona extraña y cuando vuelven sus personas todo ese estrés y miedo vivido lo expresa. Así que si tu gato lo pasa tan mal, mejor contrata a una Catsitter Profesional. Recuerda que en Terapia Felina tenemos un gran Equipo de Catsitters Profesionales formadas y con gran experiencia si lo necesitas.
¿Cómo medicar a tu gato? ¿Cómo cepillar su pelo o cortarle las uñas a tu gato?
Con todo lo visto en este artículo, ya tendrás pistas que espero te ayuden en estas situaciones también.
- Medicar a un gato. No es fácil, porque la mayoría de medicación que se usa en animales es de humanos, por tanto el sabor es horrible y el formato es muy difícil de administrar. Siempre hay que intentar dar la medicación sin que se entere, escondida en la comida o un premio a ser posible, de hecho existen en el mercado premios especiales para gatos para esconder medicación. Cuanta menos manipulación, mejor. Pero si a tu gato le cuesta mucho y cada toma resulta en mucho estrés para tu gato y para ti, habla con tu veterinari@ y que te ofrezca alternativas a esa medicación. Confía en l@s veterinari@s que están de parte del gato, de no forzar y de hacérselo lo más fácil posible. No aceptes consejos para forzar a tu gato a nada, siempre hay alternativas más positivas, siempre, confía en tu gato, y si te dice que NO a algo, busca otra manera más armónica.
- Sobre cepillarle, es parecido a lo que hemos hablado de cuándo y cómo tocarle. Encuentra los momentos de mayor calma, y siempre desde atrás o desde su lateral, prueba así, nunca de frente ni pasando la mano por encima de su cabeza o bajo su cuelo hacia el pecho. Intenta que disfrute, no le agarres ni inmovilices nunca, debe ser un momento positivo. Si no le gustan los cepillos, puedes probar con un guante o pedir consejo a peluquer@s felin@s que trabajen en positivo.
- Sobre cortar las uñas, en Terapia Felina estamos en contra de cortar las uñas, así que recomendamos no hacerlo. Los gatos no lo necesitan, sus uñas crecen hasta un límite y no siguen creciendo, ellos mismos se las cuidan, aparte que también van mudando. Sólo necesitan rascar en diferentes superficies rugosas y acicalarse para mantener sus uñas. Si tu gato tiene algún problema por el cual se le deban cortar las uñas, como por ejemplo que se le claven en la piel o que no tenga una buena retracción y se enganchen en todas partes, hazlo en momentos tranquilos y sin inmovilizar a tu gato, aunque sólo puedas cortarle una uña al día. Pide a tu veterinari@ que te enseñe a cortarlas, porque en las uñas hay terminaciones nerviosas, puedes cortarle de más, hacerle mucho daño y sangrar mucho. Pero a ser posible, evita cortarle las uñas. Igualmente ocurre con el baño, no lo recomendamos en absoluto, no lo necesitan. Ante cualquier duda, puedes consultarnos siempre.
¡Espero que toda esta información te ayude a mejorar la relación con tu gato!
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Resumen
de lo más importante
En resumen, no se trata de que el gato se deje tocar, sino de que amb@s tengáis una relación igualada y que ambos disfrutéis de ella, haya más o menos contacto físico, y para ello somos las personas quienes debemos cambiar algunas cosas:
- No tengas expectativas, tu gato es un ser vivo que no existe para satisfacerte a ti, tiene su propia vida, sentimientos y gustos.
- Si eres una persona invasiva, exigente, demandante, alejarás a tu gato. Por tanto, aprende a respetar su espacio y los momentos.
- Jugar con las manos, provocar, regañar y tener ese tipo de relación tan negativa, hará que tu gato no sólo no se deje tocar sino que muerda las manos constantemente e incluso te muerda en momentos inesperados.
- Comunícate mediante señales de calma y un lenguaje coherente y positivo, para que tu gato confíe verdaderamente en ti.
- Si tienes dudas o algún problema con tu gato, puedes contactar con nuestro equipo o ver nuestros artículos y vídeos. Si el gato se muestra muy asustado, se defiende, si elimina fuera de su arenero, o cualquier situación que no comprendas ni sepas manejar en positivo, cuenta con nosotr@s siempre.
- Si quieres conocer en profundidad a los gatos para ayudarles y entenderles mejor, te recomendamos que te apuntes a nuestro curso de Comunicación Felina, ¡es maravilloso!