04 Ene La agresividad redirigida (AR)
La agresividad redirigida (AR)
ningún gato es agresivo
Autora: Laura Trillo Carmona. Foto realizada por María Quilez en Canópolis.
La agresividad redirigida es uno de los mayores motivos que lleva a muchos gatos domésticos a ser sacrificados y abandonados sin ser comprendidos. Para nosotras en Terapia Felina es un problema más que conocido que trabajamos a diario en nuestras consultas pero aún hay demasiadas personas que no saben lo que es y no saben cómo actuar, incluid@s much@s profesionales y personas que se relacionan con gatos a diario.
En resumen, para desarrollarlo más adelante, el gato “de repente” se vuelve muy agresivo, una agresividad repentina y violenta. Las personas no entienden nada, se asustan, el gato no mejora y muchas personas llegan a llamar hasta a los bomberos para que saquen al gato de casa dada la intensidad de la situación. A nosotras nos duele en el alma conocer todas estas historias y como acaban, sabiendo que se pueden trabajar y el gato puede volver a estar bien, es nuestro trabajo todos los días, somos expertas en AR. Pero la falta de conocimiento de las personas hace que estos gatos no tengan un buen final. Por eso, compartimos esta información constantemente en nuestras redes sociales y cursos e intentamos concienciar y educar para evitarlo también.
Ningún gato del mundo es agresivo, ni está loco, ni "se le va la olla", ni tiene maldad ninguna. Sólo es un ataque de pánico y una secuela post traumática como puedes tener tú.
Para entender la agresividad en los gatos debemos conocer sus fases de crecimiento, socialización y desarrollo primero. Ningún gato es agresivo con las personas por naturaleza, y todos los gatos con los que trabajamos con un problema de AR tienen un origen en común, el 100% fue criado con personas desde antes de los 3 meses de vida, que jugaron con las manos con ellos de pequeños en vez de ayudarles en la fase de aprender el autocontrol (cuando los bebés empiezan a morder), incluso muchos fueron regañados también, lo cual les estresa mucho. En los artículos enlazados explicamos qué hay de malo en todo ello y por qué no hay que hacerlo, pero resumimos. También en el curso de Comunicación Felina profundizamos mucho en cómo se desarrolla la personalidad de un gato así como sus problemas y trabajamos mucho la relación entre persona y gato para que sea armónica y limpia.
Los gatos que pueden acabar teniendo un episodio de AR son esos gatos que no han crecido relacionándose con su especie, jugando cuerpo a cuerpo, que no han socializado, sino que se han criado sólo con personas desde una edad demasiado temprana. Los seres humanos no entendemos nada sobre el desarrollo de otras especies ni lo que necesitan, lo hacemos lo mejor que podemos pero cometemos muchísimos errores que perjudican a los gatos y cuando nos damos cuenta ya es tarde. Este tipo de relación en la que la persona provoca al gato para morder, le enfada, molesta hasta que se defiende, juega a perseguirlo muy bruscamente, e incluso regañan al gato por subir a los sitios o cualquier cosa, hace que este gato crezca con inseguridad y cero gestión de situaciones de estrés. Es un gato que no sabe relacionarse, y que lo pasa bastante mal en situaciones de presión. Y una de esas situaciones, un susto repentino o pasar mucho miedo, hace que aparezca un primer episodio de AR: el gato de repente agrede fuertemente al primer ser vivo que tiene delante, da igual que sea otro animal o un humano, adulto o pequeño. No es nada personal, el gato de repente se ha asustado y agobiado hasta el límite, sus pupilas se dilatan y no ve bien, y pierde el control sobre sí mismo, un ataque de pánico. Se agarra, muerde con todas sus fuerzas piernas, brazos, lo que tenga a la altura, y se tira una y otra vez, incluso si nos vamos y cerramos la puerta se tira contra la puerta. Hay que imaginarse y ponerse en su lugar cómo se debe estar sintiendo el gato en ese momento para actuar así sin control ninguno. En vez de pensar que se ha vuelto loco y hay que matarlo. Somos las personas las que por un lado, no hemos ayudado nada en su desarrollo y equilibrio, y por otro lado, debemos entender que sin querer lo hemos puesto al límite o ha habido un accidente (se ha caído algo al suelo que ha hecho mucho ruido). De cualquier manera, pese a lo violento y a las profundas heridas, sumado al miedo y trauma que también sufren las personas, se puede trabajar, y todo puede volver a su equilibrio de nuevo.
Los gatos no tienen AR de por vida, una vez trabajado y si el gato es feliz, ya pasó y no hay de qué tener miedo. Pero desde luego hay que cambiar hábitos en nuestra relación entre otras cosas.
Cuándo una AR no mejora, es cuando las personas no se encuentran bien. Algunas personas padecen trastornos de ansiedad, depresión, pánico, tienen conflictos graves en casa, y esta situación con sus gatos les supera. Otras personas, sencillamente no se quieren involucrar ni salir de su zona de comfort y abandonan a sus gatos. Estos gatos que han abandonado por este motivo son nuestros Gatos Guerreros, un precioso proyecto que comenzó en 2019, son gatos que han pasado por una vida llena de estrés y han sido abandonados por tener episodios de AR. Aquí puedes conocer a los guerreros que actualmente estamos tratando y que están en adopción. Otros muchos de nuestros guerreros están ya recuperados y adoptados felizmente en otras familias, en nuestro Instagram @terapiafelina puedes ver algunas de sus historias. A continuación, te dejamos un directo en el que Paula Vanasco y Laura Trillo de Terapia Felina hablan sobre la AR:
¿Qué hago si mi gato tiene un episodio de AR?
Si te ocurre esta situación, lo primero que hacemos es “descomprimir”, quitar todo lo que estresa al gato y darle muchísimo espacio físico y emocional. Tenemos que salir de la situación con la mayor naturalidad posible, cerrando una puerta tras nosotro@s y dejando al gato tranquilo. Si te ocurre, lo mejor es que contactes con nosotras para que te podamos ayudar con rapidez. Estos casos los atendemos como una urgencia. Es importante que no toques al gato ni le hables, que no intentes calmarle ni retomar vuestra relación como si no pasara nada. El gato, tras un episodio, está extremadamente sensible y puede volver a agredir si se le agobia, y ahora se agobia con lo mínimo. Requiere trabajarlo cuanto antes, por eso lo atendemos como una urgencia.
Por favor no contactes con personas que no saben manejar esta situación, que no son profesionales y que sólo te hablan de sacrificar al gato, medicarlo con ansiolíticos o abandonarlo en una perrera o protectora. No mires por internet ni preguntes a extraños, estamos aquí para ayudarte a ti y a tu gato en positivo.
¿Cómo prevenir la AR?
Esta es la parte más importante a aprender para evitar esta situación y otras muchas con nuestros gatos, relacionadas con cualquier tipo de agresividad: respetar su aprendizaje y tener una relación con ellos en positivo. Un gato equilibrado gestiona el estrés con calma y autocontrol y nunca tendrá un episodio de AR:
- No adoptar un gato menor de 3 meses sin otros gatos. Debe ir con un hermano si lo tiene o con otro gato, pero es vital que sea un gato con el que pueda jugar cuerpo a cuerpo, no sirve de nada un gato que lo ignore y evite. Necesita crecer equilibrado y así nunca tendrá problemas.
- Si están con su madre y hermanos, hay que dejarlos juntos mínimo hasta los 3 meses de vida. Si son 4, mejor, más equilibrados estarán.
- Durante el proceso de aprendizaje del gatito los primeros meses, si nos muerde, ayudarle a entender en positivo que nos hace daño, dejando las manos o pies muy quietos y haciendo un grito de dolor, para luego marcharnos sin decir nada, de manera natural. En unas pocas veces ya lo entiende y deja de morder.
- No jugar con las manos es imprescindible, nadie de la casa ni extraños. No se le debe provocar para morder ni enfadar, nunca, tampoco asustar, como por ejemplo jugar al escondite con sustos y carreras intensas, aunque parezca que se lo pasa bien.
- Si tienes un gato adulto que se comunica mordiendo todo el tiempo, vamos a trabajarlo cuanto antes, no lo dejes. También si tu gato tiene miedo y se pone agresivo cuando tienes visita en casa, es una señal de que puede tener AR más adelante. Contacta con nosotras, ¡vamos a trabajarlo ya!
- No tener una relación de autoridad con el gato, además no hay nada que regañar. Si tu gato orina fuera, defeca fuera, agrede, o tiene comportamientos que te molestan, aprende más sobre ellos para que entiendas que la mayoría de los mal llamados “problemas de comportamiento” son síntomas de que el gato no es feliz y que algo le está haciendo sentir mal. No hay nada que regañar en esto. Los gatos felices no muerden, ni se orinan en tu sofá, ni se cagan en tu alfombra. Pero también debes entender que los gatos necesitan subirse a las alturas y arañar superficies, es natural y necesario en ellos.
- Tener una relación armónica con ellos, limpia, en la cual todos fluimos y somos felices en casa. Nadie es feliz en un ambiente denso, de conflictos, peleas, ni teniendo una relación tóxica. Si no te encuentras bien, pide ayuda profesional para ti o toma decisiones para tu bienestar, tod@s tenemos derecho a sentirnos bien y ser libres y felices.
Ningún gato feliz muerde, se orina en tu sofá ni se caga en tu alfombra.
No puedo cumplir los requisitos para evitarlo
Sí puedes, todo el mundo puede.
¿Sólo puedes tener un gato? Adopta entonces un adulto o un gato que ya ha pasado por su fase de aprendizaje con gatos, no adoptes un bebé pequeñito si no le vas a dar lo que necesita. Una vez tienes toda esta información, es tu responsabilidad.
“Trabajo en una protectora de animales, es imposible rechazar adoptantes, estamos desbordad@s.” No se trata de rechazar adoptantes sino de educarlos. El trabajo en protección animal no sólo es rescatar animales sino también educar, concienciar y prevenir el abandono y maltrato, tenemos que trabajar en la raíz del problema también. Por eso, a los adoptantes hay que darles esta información y entre tod@s educarnos un@s a otr@s. Quien no quiera entender esta necesidad vital para los gatos y por capricho quiera un bebé menor de 3 meses para criarlo solo, desde luego no es buen adoptante. El buen adoptante hace caso y quiere lo mejor para su gato, adoptando dos pequeños o un adulto.
“Yo no juego con las manos pero mi pareja o mi familia sí lo hace y no me hacen caso.” Esto es muy frecuente y hay que ponerse seri@s con ello. Si no te hacen caso a ti, puedes pasarles información y pueden hablar con nosotras siempre que tengan dudas y quieran aclararlo.
“En mi casa hay mucho conflicto, regañan mucho al gato y yo también tengo problemas en mi relación.” No somos quién para meternos en la vida de las demás personas, sólo podemos decir que de las relaciones tóxicas se puede salir y que todo conflicto tiene solución. Es vital para las personas ser felices, libres y vivir en armonía en casa, tenemos que luchar por ello y tomar decisiones drásticas si es necesario.
Al final, los gatos nos llevan siempre a encontrar la armonía en nosotr@s y lo que nos rodea, es importante darnos cuenta de cómo nos hemos relacionado hasta ahora y de los errores que hemos cometido. En el Curso de Comunicación Felina hablamos mucho de ello.
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Resumen
de lo más importante
En resumen, la AR es un problema tan frecuente como desconocido para la mayoría de las personas, por eso desde Terapia Felina trabajamos mucho a diario para concienciar sobre ello y evitarlo:
- Es importante entender cómo se siente el gato cuando tiene un episodio y “descomprimir” la situación todo lo posible.
- La prevención es lo mejor que podemos hacer, sin excusas. Tenemos más que comprobado que las pautas proporcionadas, funcionan al 100% para prevenir la AR.
- Adoptemos con sentir y consciencia, no seamos caprichos@s y proporcionemos a los gatitos el aprendizaje que necesitan con su especie para ser equilibrados de por vida.
- La AR se puede trabajar, lo hacemos a diario, y el gato volverá a su equilibrio. No hay que sacrificarlo ni abandonarlo, tampoco medicarlo con ansiolíticos. Se puede trabajar en positivo y con la familia.
- Puedes contactar con nuestro equipo o ver nuestros artículos y vídeos si necesitas ayuda.
- Si quieres conocer en profundidad a los gatos para ayudarles y entenderles mejor, te recomendamos que te apuntes a nuestro curso de Comunicación Felina, ¡es maravilloso!